Monday, October 27, 2008

Carta navideña al tio George




Querido tío George, se que no es Diciembre aun, pero creo que mis buenas acciones ameritan un regalito navideño adelantado. Soy tan buenito, y hasta nombre de reno de trineo tengo, me llamo Romulito, y mi papa, Romulon, esta a punto de hacer un “faenon” junto con un duende gordo y chato, tu lo debes conocer, total, en el polo sur todos se conocen ¿no?, se llama Don Bieto, y es bonachón, aunque un poco tosco en su manera de hablar, bueno que se puede esperar de una persona que no es tan “instruida y educada” como mi papi, porque tu lo dijiste ¿no?, mi papi es todo un gentelman.
Tío George, vamos al grano. Por favorcito, haz que mi papi logre su negocito y le paguen sus honorarios de éxito pal panetón y el pavo de la cena, porque sino Lucianita se pone triste y se pone a llorar, y tío George, no queremos verla llorar, se pone fea y ella es tan linda y regia. Tío George, haz todo lo posible, y si puedes habla con Alan Noel para que reciba a “Fortunita” Canaan, y así todos ganemos, y pasemos una feliz navidad, a fin de cuentas, somos como una tribu, y hoy por mi y mañana por… mi.
Tu sobrinito que te quiere mucho.
Romulito.

Friday, October 24, 2008

Tango infeliz

Previo, me llevo el vaso con un poco de wisky helado a la boca, esta muy fuerte y suelto el vaso rápidamente. Avancen y escribo, decido el camino, ¿ella me vio?, las ganas que quedan se marchan con vos. Se acerca, nos vemos fijamente, entre sexualidad y conchudez, se apaga el deseo, y hablar es lo que se me da mejor. Tienes el control, me seduces y yo caigo como en una red demasiado pegajosa y densa como para poder salir, querer salir. Tu aroma me obliga a seguir rozando tu piel, casi como un animal estúpido frente a su presa esporádica. Con los ojos no te veo, no se que hacer, me viene el mareo, y es entonces cuando quiero salir a caminar. Todo es tan denso, el aire me ciega
-¿Salimos? - dices tu. Si, tienes el control y no me importa, sabes que esto es la agonía mas deliciosa de mi vida, la de saberte tan cercana y lejana a la vez... Pero no me iré sin bailar esta pieza, el ultimo tango contigo, aun este ciego, aun haya vidrio en la arena
-así son las cosas: amargas, borrosas. Te sigo el paso, tus senos rozan mi pecho que late a mil, me miras, tus ojos me fulminan, deducen todo mi ser, mis incomodidades y satisfacciones, sonríes. Ya me conoces mejor que nadie y entonces mis pies comienzan a temblar. Porque se sienten desnudos, me sienten desnudo. ¿Que perfecta agonía eh?, debes ser la musa de la perdición, la mas deseada de todas. A nuestro alrededor los cuerpos sudorosos siguen el compás de mi corazón y todos somos uno, el aire me ciega, ya no me da pena dejarte un adiós. No, espera, aun no, no te vayas, no me dejes. Cogeme del brazo y llevame a seguir la orgía perpetua de tu vida, se que me acostumbrare, que los bits dejaran de hacerme tanto daño con el tiempo, que los golpes de la batería dejaran de asesinar mi orgullo burgués. Desde ahora y para siempre así son las cosas amargas, borrosas, son fotos veladas de un tiempo mejor, y por eso no dejes que todo sea así, con los ojos no te veo y no se que hacer, me viene el mareo

Se que nos perderemos para siempre, pero eso sera para los demás. Para nosotros, nos habremos encontrado el uno al otro, bailando un tango infinito, el del circulo de la lujuria dantesca, hasta el fin que no sera fin.

Monday, October 13, 2008

El arte de invertir los papeles

El arte de invertir los papeles

La política, en su vertiente perucha, es un patético como siniestro juego del acusete. Los que acusan un día, pasan a ser los acusados al día siguiente, y todos se erigen, en su megalómano parecer, como los poseedores de una verdad incuestionable por su contundencia argumental. Las mas de las veces, sus argumentos se sostienen en absurdos como la moral inmemorial, la familia o la religión, claro esta, trastocada para que parezca que la versión de quien la usa como argumento sea la correcta. Con eso no he descubierto la cura a la criptonita, pero me parece preciso recordarlo a la luz de los recientes hechos.

Un acto de corrupción, como tantos que ocurren todo el tiempo ciertamente, se destapa, y todo el país voltea los ojos indignados a los personajes que con un criollo argot delincuencial traficaban influencias y adjudicaciones fraudulentas en altas esferas de la administración publica. Primera cuestión: altas esferas. Acá no hablamos del robo de 5 galones de combustible para llevar a la familia a pasear un domingo cualquiera, no hablamos del robo de una dotación de 50 kilos de carne para alimentar a niños pobres de Huancavelica, no, hablamos de una negociación que dejaría réditos, su porción, sus honorarios de éxito, de mas de 100 mil soles para cada una de las ratas implicadas. Esta bien que roben, ¿pero no tanto no?, se dice el ciudadano de pie. Porque valgan verdades, esto de la corrupción no es de los pocos, estigmatizados y piñas, que salen en la televisión los domingos. Esto de la corrupción es parte de algo más grande, de una anomia a niveles sociales, de la pendejada del peruano, esa pendejada que sin saberlo, nos jode como país.

Pero todos impostamos una mueca de sorprendidos, de escandalizados, incluso el que se tiro los galones de combustible, y el que hizo lo propio con la carne, porque ellos roban, pero no tanto. El presidente sale con un discurso de antología republicana. Ya quisieran haber oído ese discurso los ancianos de Alaska de manos de McKain. Religión, dios y su castigo inclemente, una moral puritana y vacía de significado real, y de contenido, nada. Ninguna explicación de porque uno de los funcionarios logro escapar, y no solo eso, sino que se llevo con el los discos duros de las computadoras de su oficina, discos que no lo dudemos, tenían una cuantas joyitas mas. Ninguna explicación de porque el gobierno no se ha comprometido hasta el momento con el tema de la corrupción, ninguna explicación de porque no se fortaleció, en su momento, proyectos como la oficina nacional anticorrupción, ya desaparecida. Ninguna explicación de porque existe tanto búfalo con complejo de rata, ¿serán algún extraño hibrido no?, o de repente el local de Alfonso Ugarte esta maldecido.

Pero la cuestión se torna aun más irrisoria cuando salen congresistas, con una pana impresionante, a quejarse, reclamar, hacer pataletas y exigir la renuncia de todo el gabinete. Ese parlamento que no quería justificar sus gastos operativos, porque “hoy no me da la gana justificarlos pues”, y que al final se salio con la suya y termino incluyendo dicha cantidad a su sueldo legitimo, con una mayoría que ya quisiéramos tener para temas mas productivos, y con una celeridad que sorprende si tomamos en cuenta que existen temas como la Ley general del trabajo aun pendientes. Ese parlamento, sin nada personal contra ellos, pero que es el menos indicado para salir a hacerse los puritanos pues, ¡puritanos a la pollería que Anaya invita! ¿No?

El tema termino siendo una deplorable demostración de cómo seguimos manejándonos en democracia. Con instituciones carcomidas y precarias en las que los pocos tecnócratas honrados y sin tanto floro metafísico que existen, son estigmatizados y vulnerados en el ejercicio de sus funciones, ¿y que les queda?, renunciar. Una democracia en la que no existe una instancia paternal a quien quejarse, porque si en el Perú no robas, eres un idiota, mira, si todos lo hacen. Y si denuncias, tu caso se vera en el Poder Judicial, la meca de la trafa de nuestro querido país, de ripley, y tu proceso durara tanto que ya no importara mas. Un país en el que el poder se mueve así, y en el que incluso existen indicios de que los peces más gordos estarían involucrados. Y si hablamos de peces gordos, respiremos tranquilos porque por lo menos nuestro pez globo mayor – Alan García – parece no estar implicado… aun ¿O será que entre los discos duros que se llevo Rómulo León había algo que lo pudiera implicar?, talvez nunca lo sepamos.

Así se mueve la política y la administración publica, y nadie parece tener ganas de combatir la corrupción porque a todos les cae algo pues, el chorreo si existe, y si lo sabes encontrar te pones igual de gordo de Quimper, o que el “gordo” Schereiber, mientras, volviendo a nuestro niño huancavelicano, sigue esperando su carne.

¿La empresa privada?, tampoco vengan con que son las damiselas desvalidas de este cuento de hadas que es el Perú. Pagar a un lobbista es cuestionable pero no ilegal, pero pagar para que se arregle un proceso de LICITACION (concurso publico en el que se debería emitir una decisión imparcial y basada en criterios eminentemente técnicos) a su favor, eso es corrupción, y no me vengan con eso de que no sabían lo que estaba pasando porque ese argumento ya se lo escuchamos bastante a Fujimori en sus juicios por violaciones de DDHH como para tener que aguantarlo acá también. Discover Petroleum debe una explicación, como todos los demás involucrados, y su “decepción y malestar por lo ocurrido” le debe importar muy poco a quienes realicen las investigaciones, ojala nomás que no los “aceiten”.

Al fin de todo esto se me viene a la mente el documental The Corporation. La empresa no es una persona, y si lo fuera, tendría los síntomas de un paciente con sicopatologías graves, una de ellas consiste en el poco interés por los demás. No importa cuantas manos se deban romper, la cosa es maximizar los ingresos, y la labor del estado debería consistir en fortalecer sus muñecas para que no le rompan las manos, pero la intención para ello no existe, que pena.

Preludio a un encuentro (pajaso mental)

Preludio a un encuentro (pajaso mental) final entre Schopenhauer y Hegel

Par de viejos tontos, tantas batallas por las puras. Se veían, guiños, miradas, eran tan iguales y se fingían tan diferentes, ontológicamente necesitados de cariño, y sin embargo habían alejado tanto sus reflexiones y habían construido edificios endebles pues excluían al amor, lo único que valía ahora. El acilo, una cabaña perdida en el medio de un bosque de tantos de Renania, con olor a pichi y a alcanfor. Nadie sabría que estaban aquí, es mas, aun si estuvieran en Praga, Berlín, Jenna, donde fuere, nadie lo sabría.

La gente suele olvidar, ¿o no hicieron lo mismo, par de viejos ingratos, con sus abuelos? Con el tiempo dejamos de ser indispensables - se decían el uno al otro. ¿En que andaría el mundo ahora?, tal vez un nuevo charlatán de moda controlaría el ideario de los intelectuales camélidos, que se subyugaban ante una buena labia, una retórica convincente. La de ambos ya no la era. El mundo no era ni pesimismo ni dialéctica, era simplemente lo que era, ni más ni menos. Ni digno de subestimar ni de sobreestimar, ni la especie humana era bípeda, ni tampoco avanzaba hacia el despliegue del espíritu. La especie humana estaba y nada más, y la vida daba paradojas, como aquella que rezaba que después de los insultos, las faltas de respeto, las agresiones y poserismos, acabarían los dos no teniéndose nada mas que el uno al otro, como un único ser que aun siendo dual era incompleto.

El viejo amargado sufría de inflamaciones prostáticas, que el viejo idealista calmaba con una infusión que un alumno le enseño en algún momento de algún año de lo que aun creía era el despliegue progresivo de la historia. Por otro lado, el viejo idealista perdía progresivamente la vista, y necesitaba de las exquisitas pero amargas descripciones del viejo amargado. Con sus relatos, el mundo aparecía detallista, maravilloso, pero grisáceo y lúgubre a la vez, y algo, un no sequé terminaba tragando los esfuerzos infructuosos de los seres por dar color a la realidad. Por primera vez, viejo idealista, veías el mundo tal como lo veía el amargado, lleno de matices melancólicos.

Y al interior de su mundo había unos seres más degenerados que otros, de caderas anchas y labios gruesos. No tan perfectas como el hombre pero capaces de engatusarlo y hacerlo caer en las más profundas alegorías instintivas, deseando poseerlas, tenerlas. ¿Qué pasaba idealista, las comenzabas a odiar tu también? ¡No!, no era posible, te estaba dogmatizando.

Las dolencias del viejo amargado eran cada vez mas profundas, mas hirientes, tan inhumanas; y sin embargo había algo tan calido cada vez que el idealista te daba las infusiones ¿Por qué lo haría?, si eras una mierda de hombre, si lo habías destruido. Tal vez solo te considerara un loco, envidioso de su éxito, de su fama. ¿Y no lo eras?, jajajajaja reíste con todas tus fuerzas miserable, viejo cruel.

Cuan lamentables eran, lejos de sus altivas posturas y modos de aquellos días pasados en los que embelesaban al mundo entre optimismo y pesimismo. Solo al final, en el ultimo suspiro comprendieron lo cercanos que eran, eran como todos, envueltos en el pesimismo de un mundo que es solo eso, ni mas ni menos, pero capaces de desplegar algo, no prediseñado, sino progresivo, y eso era el hombre, y lo descubrieron antes de expirar.
Par de viejos…