Saturday, April 26, 2008

Ese chico que no era chico

Para entender en toda su dimensión la siguiente entrada, algunas cuestiones previas. En realidad solo una. El tipo al que me referiré como "El anormal" por proteger su identidad, es el protagonista ausente del siguiente hecho, y nada mas.

¿10, o eran 11 am?, mucho sol, yo con chompa, sin polo debajo (mala costumbre), la llegada del invierno me ilusiona pero la transición del verano al invierno (considero que en Lima solo existen estas dos estaciones) es básicamente muy jodida, en fin...

¿Quien esta ahí?, Ah, es el anormal, si no me adelanto y uso la violencia en su contra, el vendrá y hará lo propio conmigo después, y considerando que eso de ir al gimnasio lo ha transformado de un gordito amebico sin fuerzas a una ameba no gordita con considerables poderes de los que yo carezco, mejor me adelanto.

Emprendida furiosa de carrera, me siento como un general romano conduciendo sus tropas. Esquivo a uno, dos, tres tipos con terno que me ven extrañados, eludo a un profesor al cual si hubiera empujado, considerando su avanzada edad, hubiera causado la muerte en el acto, y llego frente a mi enemigo. Mis ojos llamean furia, una vorágine de exitacion y pretensiones de ser dios por un momento...
¡Pam!, violencia, te gane hoy anormal, entonces, no podrás golpearme por el resto del día, que además será muy largo ( como siempre, me quedare hasta las 10 pm en la universidad).

El ,que era ella gira. Era mujer, o eso me dicen ese par de tetillas bastante abultadas, las cuales deben causar un gran desequilibrio corporal pues no son compensadas por un poto digno de antología. Es mas bien un poto chato, casi con la curva inversa, hacia adentro.

¡Maldición!, la violencia nunca lleva a nada bueno (pienso, pero si estaba seguro de que era él: un peinado afro frustrado y asemejado a una pubis jamas afeitada, camisa de cuadros no acorde a lo in de la temporada, caminar entre cansino y gracioso, zapatillas deportivas que denotan afición excesiva al templo del gimnasio), momento incomodo. Piensa relator, piensa...

-Esteeee.....ehmmm...perdon viteh, no fue mi intención viteh...
-¿Que chucha tienes, pobre imbécil?

(Pienso, ya lo dijo, no hay nada peor que me pueda hacer. Ya descargó su furia contra mi, me incluyo en la familia de los imbéciles, primos cercanos de los cretinos, y algunas veces concubinos de los cojudos)

-Ya te dije que perdón
-¿Pero por qué me golpeaste?

Bueno, esta pregunta si que no te la esperabas. Ya parece una charla, mejor invitale un café, hablen de filosofía y problema resuelto. Me encuentro consternado. Bueno, aprovecha esta pregunta, da una respuesta inteligente y sanseacabó...

-Porqueeeeee....(inconsciente emanando), te confundí con un amigo (duhh!!...Homero por primera vez entendí toda tu genialidad). Bien ya lo dijiste, la cagaste otra vez. Le dijiste que no es mujer. Que su espalda superdesarrollada ,digna mas bien de luchador de cachascan, su cabello moda Enrique Verastegui y su camisa ¿western? la hacen un ser intermedio entre el hombre y la mujer. ¿No debería ser tan malo eh?, sientete bien, eres el eslabón encargado de unir a esos dos seres antitéticos, separados según algunos (imbéciles) por dos planetas y blah blah blah...

Cachetada furiosa, vuelta y se marcha. ¿Dolió?, carajo que si, pero bien merecido me lo tenia.

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